miércoles, 25 de diciembre de 2013

Liliana Alvarez: Jornadas de Psicoanálisis, Salud y Políticas Públicas del año 2011.

             Bueno, les agradezco a los chicos que me hayan invitado. Me gusta pasar por estos lugares.

Cuando hablé con ellos, les pregunté de que les gustaría que hablara, e incluso les conté por donde andaba yo, entonces acordamos en comenzar por entrevistas preliminares, diagnóstico y de ahí en más ir armando. De todos modos a mi me gustaría antes hacer un poco de historia, pero no una historia cristalizada sino comentar algunas cosas de lo que es nuestro origen y que todavía nos sostiene en nuestro quehacer.


 Además porque hay prácticas que están aún institucionalizadas bajo ese cuerpo de conceptos, principalmente las que provienen de Anna Freud y de Melanie Klein. En esa controversia podemos observar los puntos de riesgo de la práctica, ya que la condición de lo inconciente que nos atraviesa, como Sujeto barrado que somos, nos hace terreno fértil para el desplazamiento  de nuestra posición de analistas.


 Cuando Lacan presenta el Estadio del espejo en un congreso de la IPA, había violentos conflictos encabezados por ambas psicoanalistas en torno al psicoanálisis de niños, así la revisión del psicoanálisis en sus fundamentos se realiza a  partir de estas dos mujeres, situación que fue posible en parte, porque los analistas hombres estaban destinados a su presencia en la guerra.


Melanie Klein proviene básicamente de todo el movimiento freudiano, todos los conceptos que elaboró estaban atravesados por Freud.  Anna Freud proviene básicamente de la Pedagogía, ella trataba de trabajar con los padres ya que el gran tema era el temor o agravamiento de los síntomas al salir de una escena en la que el centro de gravedad, para ella, eran los padres.


Respecto de Melanie Klein ella trabaja básicamente con conceptos que provienen de Freud, de todo lo que Freud  trabaja  como pulsión de vida y pulsión de muerte y sobre la problemática tópica, ello, yo y superyó.


Melanie Klein es una verdadera iniciadora  en el psicoanálisis con niños desde el movimiento freudiano. Comienza a trabajar con los niños, no tanto bajo la mirada de los padres, diría casi nada bajo la mirada de los padres. Comienza a trabajar con la psicosis. Al principio analiza a sus hijos,  porque en realidad no había campo prácticamente para poder  analizar.


Independiente de cómo uno haga intervenir a los padres, según la singular circunstancia de cada paciente, esta posición de Klein  habla del concepto de niño como sujeto en cierto modo independiente de sus padres,  sin los temores que el psicoanálisis despierte movimientos pulsionales que generen conflictos generacionales o desbordes en los diques represivos.


Hay algo que ella introduce y que yo quería destacar brevemente, que son dos cosas. Lacan retoma a Melanie Klein: una de las cuestiones es la Imago, no porque sea un concepto de ella, sino porque frente a la disputa con Anna Freud lo que ésta decía era que no había posibilidades de que exista la transferencia   porque la libido estaba directamente puesta en el objeto real que eran los padres. Lo que va a decir Melanie Klein y ahí está la realidad psíquica, tal como ella la rescata, es que los chicos procesan una imago, hay una  introyección, decía ella, de lo que es la imagen real de los padres y automáticamente ésta es transformada, o sea que nunca habría una “verdadera” realidad, sino una realidad psíquica. 


La otra cosa interesante que ella toma es respecto de cómo va a establecer el aparato psíquico. En los primeros meses de vida se producen una serie de procesos en esa  formación del aparato psíquico, pero lo que interesa destacar es que surgen primero la posición esquizo-paranoide y luego la posición depresiva. Donde ella va a decir que la fijación en esos niveles en el adulto, es en la esquizo-paranoide la problemática de la psicosis: la paranoia o la esquizofrenia. En la posición depresiva se asientan las depresiones o la psicosis maniaco-depresiva. Lo interesante de esto, o lo que yo quiero marcar es la idea  de posiciones, no de estadios o de algo que quede fijado como desarrollo evolutivo. En la Universidad veíamos lo psíquico, nos enseñaban lo psíquico  en psicología evolutiva, pero lo determinante era lo biológico.  Lo que no quiere decir que nosotros no tengamos en cuenta, y mucho más en los chicos, pero en los adultos también, el hecho de  que el cuerpo  forma parte de lo psíquico y donde el cuerpo determina lo psíquico a su vez. Eso es fundamental, por ejemplo si nosotros trabajamos el caso Juanito, es muy claro Lacan, cuando dice en el seminario de las relaciones de objeto, que el pene real de Juanito es lo que le va a provocar angustia de castración, él habla de pene real y entonces estamos hablando de lo que implica también todo lo que tiene que ver con determinados momentos en los que somos atravesamos por el cuerpo de una forma singular, digamos, por lo que se siente, por las cuestiones sexuales básicamente.


Hay algo que Melanie Klein decía, que el análisis con niños se tenía que hacer de una manera que respetara todas las reglas del análisis, no como Anna Freud cuyo planteo era que tenía que haber un trabajo de preparación para poder ingresar al niño en el análisis. Ella utiliza el juego, es una  técnica que ella realiza a través de algo que es en el mejor de los casos, lo común en el niño, digo en el mejor de los casos porque nosotros lo que esperamos como analistas es que los niños puedan jugar, el juego lleva todo un proceso de simbolización que le permite repetir en transferencia la relación con sus imagos y a su vez repartir. ¿Qué quiere decir repartir? Repartir su hostilidad y su amor, o sea su ambivalencia,   lo que a través del concepto de vida y de muerte ella trabaja como objetos buenos y objetos malos. Primero esa ambivalencia  está absolutamente repartida en objetos buenos y en objetos malos, objeto parcial. En la etapa depresiva va a incorporar mucho más a la madre y se la incluye  como persona total, M.K le da mucha importancia a lo que es la simbolización en el niño, ¿por qué? Porque  lo que  la simbolización   permite  en el trabajo con niños es, dada la hostilidad y agresividad estructural    , lo que le  permite es  transferir lo pulsional sobre el objeto, movimiento que le va a producir  ansiedad, ya que  se va a acercar a los padres reales, entonces los vuelve a desplazar y  vuelve a producir ansiedad,  y eso se ve en el trabajo  con los niños donde hay toda una serie de situaciones que producen ansiedad, desconfianza, miedo, otra vez ansiedad y los niños vuelven a buscar los juguetes o cualquier elemento  que permitan representar su mundo imaginario. Entonces es muy importante tomar esto en función de lo que habla Freud  en la vivencia de satisfacción. No se puede encontrar el pecho tal como el niño lo alucina  en tanto queda una  hiancia, una diferencia y ahí se abre el campo del deseo, porque lo que se busca es el objeto que se perdió. Y es también lo que dice Lacan en el seminario II, que el mundo se organiza en función de la sustitución de objetos. Es importante aclarar que lo que hace a la diferencia del niño y el adulto respecto de lo que estamos hablando, es  el material en que se sostiene el significante, juguete u otros objetos  al que el adulto no recurre. Cuando el niño habla también porta la palabra en el tratamiento. La diferencia no estaría entonces en el mecanismo de sustitución.


Todas esas cosas ya estaban claramente dichas en Melanie Klein. Lo que ella decía era que el analista no debe preferir ningún papel en particular, y esto es muy importante en lo referente al juego con el niño  porque nosotros tenemos que ofrecernos para que ellos puedan poner en nosotros lo que ellos quieren, lo que ellos necesitan,  es decir los mencionados  elementos o material que usan  para desplegar lo imaginario, a lo que Melanie Klein le da mucha importancia.


Esto muchas veces es un arma de doble fijo, porque por ejemplo decía: hay que preguntarle al niño: “¿qué querés que diga?“, o “¿cómo te respondo?”. Entonces el niño puede decir: “sos una pelotuda porque no sabés hablar”. Dolto decía que uno parece una idiota que necesita los argumentos, esto es un arma de doble filo porque   realmente hay chicos que son tan tiranos, para decirlo vulgarmente, en el juego, que no nos dejan interpretar directamente. No dejan que exista una palabra que provenga del analista  con lo cual es muy importante que uno se ofrezca al juego del niño como personaje, pero también es importante que el niño pueda escuchar una palabra que venga del otro lado y que no sea solamente la que provenga de su propio imaginario.


De todos modos hay otra cuestión. Antes quiero decirles una cosita que tiene que ver con Ana Freud y que es  la pedagogía, ella decía que había que saber  de pedagogía y que el trabajo tenia que ver con la represión de la pulsión, e incluso de poder decidir qué parte pulsional reprimir. Esto es algo muy importante para trabajarlo porque es algo que a nosotros “nos puede suceder” sin acordar con esa teoría, este es un lugar donde  nos podemos deslizar de nuestra condición de analistas, en lo pedagógico, porque los padres piden, entre otras cosas, que los eduquemos (a sus hijos). Este es un punto que abre a la demanda de los padres. El análisis de los niños pone a los padres en un lugar muy complicado, es fácil que los padres se desborden y en realidad lo que quieren es que los niños respondan a su propio narcisismo, en relación  a sus propios ideales y además que respondan  a una sociedad que espera determinada cosa de los chicos. Por lo tanto esto de hacer pedagogía no es acorde al método,  uno puede identificarse con el padre y querer el bien del niño en función  de satisfacer a sus  progenitores.  


De todos modos una cosa es el deslizamiento en nuestra posición como analistas y otra  es trabajar con en base a ese cuerpo de conceptos. Una cosa es equivocarse y otra es equivocarse sin saber que se está equivocando. 


A partir de estos planteos Lacan va conociendo a Melanie Klein, eran mas o menos contemporáneos y a Lacan le empiezan a interesar ciertas ideas , él toma  de ella el estatuto de sujeto , las relaciones de objeto, el objeto parcial, el objeto total, el despliegue de lo imaginario.   


Cuando yo cursaba en la universidad, estudiábamos mucho Melanie Klein, entonces pensaba ¿ yo tengo que decir toda esa sarta de boludeces, no se?


 Después cuando comencé a trabajar con niños pequeños me di cuenta de que no era un delirio,  los niños pequeños pueden llegar a decir absolutamente cualquier cosa, que no es cualquiera  precisamente, lo pulsional se representa  de un modo que nos descubre aquello  escondido  tras la amnesia  infantil.   Se puede observar en el caso Juanito, por ejemplo.  Lacan entonces se interesa por ese mundo imaginario, cuando él trabaja  en relación a Juanito y  dice que la fobia no hay que tramitarla en el sentido obviamente, de la psicología  experimental, tomando el objeto   fóbico, por ejemplo, como que el caballo es el papá y solamente el papá, sino que lo que es importantísimo es el despliegue lo imaginario para que haya movimiento significante, para que no sea univoco, para que cada significante se ponga en relación a otro, y ahí va  a surgir el sujeto ,  en la variedad de lo que representa caballo. Esto es claro en el despliegue que hace Freud cuando presenta a Juanito.


Lo que se toma ahí es una posición y no un estadio, posición en el sentido de una operación psíquica. La operación es de sustitución: la primera es Padre-Caballo.


Arminda  Aberastury  ve a una nenita que acompaña a la mamá, que era paciente de Pichon Riviere, la nenita estaba diagnosticada como hebefrénica y es ahí donde comienza para ella  el psicoanálisis con niños. El síntoma que tenía era que no podía aprender nada, entonces ella la toma en tratamiento. Ella va diciendo que una de las razones fundamentales por las cuales la niña no podía aprender era  que había toda una serie de mentiras y ocultamientos alrededor de la enfermedad de la madre.


Toma todos conceptos kleinianos para trabajar, pero la diferencia que ella hace al principio es el trabajo, las  entrevistas  con los padres, yo no les puedo contar la cantidad de cosas que Arminda Aberastury le preguntaba, haciendo la salvedad de que no tiene que ser un interrogatorio, pero eran elementos  que para conocer a un niño son muy importantes, porque ella preguntaba sobre la lactancia, sobre el dormir, bueno toda una serie de preguntas impresionantes, que duraban bastante tiempo realmente y es muy interesante encontrarse con esos textos porque eso habla de lo fundamental que es para ella la relación de la madre con el niño y de la madre con el núcleo familiar.


Por ejemplo consideraba   que había que poner un tiempo determinado de amamantamiento,  ahora pareciera que los chicos toman la teta todo el tiempo que quieren. Decía también que era importante que el niño tenga una determinada ausencia-presencia, que no había que alimentar todo el tiempo al niño, que el niño tenía que estar   sustentado por palabras y contacto físico, pero no necesariamente alimentos, porque ahí estamos en el terreno de la psicosis con el alimento permanente.


La otra cuestión interesante  a la que refirió es la del dormir, porque muestra que a partir del sexto mes, y ahí lo vemos también en el estadio del espejo, cómo se producen determinadas operaciones  que son de mayor exigencia para el niño, la angustia de los ocho meses, cercano al hablar, y el caminar. Aparece con frecuencia el insomnio al que ella le daba mucha importancia porque decía que era una de las cosas que más se veían.


Después lo que ocurría era que se creía en la profilaxis, en la prevención, entonces se hacían grupos de madres  en los cuales se hablaba de psicoanálisis y se le daba consejo a los médicos, a los pediatras. Cuando en esa época por ejemplo los chicos comenzaban a comer a los tres meses, ella decía que no era conveniente porque el chico no está preparado ni psíquica neurológicamente para recibir una cuchara, es decir un elemento  que no fluya permanentemente y además no está preparado para no tener el contacto con la teta o con un biberón.


Le daba muchos consejos a los padres, aunque luego reconoció que no eran convenientes, porque los padres en realidad  no tienen otra opción que ser atravesados por lo inconsciente, y no son actos voluntarios. Por ejemplo le damos un consejo: no duerma con el niño, y continúan durmiendo con el niño. Eso  hacía obstáculo,  producía grandes frustraciones. Se encontraba,  con una gran obediencia al analista o  un gran rechazo  que conducía a sacar a los niños del tratamiento porque y como decía Melanie Klein, lo que no se puede reparar, termina siendo destruido.


Por otro lado decía que en el contrato analítico se tenía que explicar que no se iba a ocultar cuando aparecía lo de la sexualidad, lo de la religión,  y las mentiras  como en el caso de la adopción.


 Dolto, que es una francesa que toma bastante de Klein , dice del niño como síntoma de los padres. Problema que plantea- un tanto enigmático-, Lacan,  creo que da para bastante discusión. Comienza  un nuevo e importante movimiento en torno al Psa con los niños en el cual se pasa de la caja de juego a la palabra, y ahí hubo un momento, una posición de duda que también les pasó a nuestros maestros, entonces nosotros, principiantes,  no sabíamos si hablar con el chico, si jugar, si el juego era o no interpretable.


Entonces en este momento, que fue un momento bastante crucial, a esto creo yo que responde Dolto cuando dice que ella no trabajaba con niños hasta los cinco años que no estén en presencia los padres, por un lado era porque ella decía que  los padres tenían que intervenir en relación a lo edípico con el hijo, por ejemplo en relación a la prohibición del incesto. Y por el otro lado porque trabajaba mucho con el discurso de los padres. Los analistas de niños discutimos toda una serie de cosas en relación a los padres. Muchas veces es necesario recibir a los padres, por la angustia, porque hacen resistencia, porque nos piden entrevistas, pero es bastante problemático fuera de las primeras entrevistas porque de lo que hay que cuidarse mucho es de no tomar elementos de esas  entrevistas  para interpretación con los chicos. Yo no sé si queda claro esto.


 Cuando uno tiene una entrevista con los padres ¿que se hace? Se les dice a los padres que el chico va a saber de lo que se hable, pero primero se le pregunta al niño si está de acuerdo. He pasado meses sin que el niño quisiera que el padre acuda a un encuentro conmigo.  . A veces los niños no quieren escuchar sobre lo dicho con los padres porque tienen miedo de lo que pueda ser descubierto, pero  creo que es fundamental poder hablarlo, cuando el tiempo sea propicio, de lo contrario se instala una cierta opacidad entre el niño y el analista  fértil a la resistencia.


No es pertinente al método  si uno tiene un material que el padre nos comunicó, por ejemplo algo que ocurrió en determinado  momento, para interpretar en una sesión con el paciente. Lo que hace al movimiento del sujeto en  análisis es seguir su despliegue imaginario representado en el juego, la palabra, el dibujo, etc.,  campo en el que aparece, por el trabajo analítico, el JUEGO SIGNIFICANTE.


Lo que decía  Dolto es que no pueden esperar los padres que nosotros seamos ni médicos, ni profesores, eso me parece extraordinario que los padres sepan  que nosotros trabajamos con lo simbólico. Después está Piera Aulagnier...Va a ser una deuda.


Vamos a dejar acá, yo les voy a decir lo último y es la cuestión de pensar, no quiere decir que lo vamos a trabajar hoy, es otra deuda, pero es pensar ¿qué diferencias habría entre lo que son las entrevistas preliminares y lo que es un diagnóstico? Y por el otro lado ¿que diferencias habría entre lo que nosotros llamamos un diagnóstico y un psicodiagnóstico?